Colombia tiene un gran número de directores técnicos y entrenadores en el extranjero. Sin embargo, el salto a Europa ha costado más, y es que en la memoria de los aficionados europeos solo queda el nombre de Francisco Maturana, quien fuera técnico tanto del Valladolid como del Atlético de Madrid en España.
Es el gran nombre, pero no el único que ha estado o bien como primer entrenador en Europa, especialmente en España, o bien como ayudante de un técnico español. Es el caso de Luis Augusto García. El ‘Chiqui’, como se le conoce, fue entrenador asistente de Javier Clemente en el Athletic Club, en 1984, y de Todor Veselinovic en la Selección de Yugoslavia.
También como asistente técnico estuvo en España el actual entrenador de Águilas Doradas, Lucas González Vélez. Fue durante 2017 y 2020, cuando estuvo en las filas del Sabadell y del Igualada antes de volver a Colombia para dirigir las categorías inferiores de Atlético Nacional.
Pacho Maturana, el entrenador idolatrado en Valladolid
Hablar de Pacho Maturana es hacerlo de uno de los entrenadores con mayor palmarés a lo largo de la historia del fútbol colombiano. Desde que en 1986 se hiciese cargo de Once Caldas, hasta que en 2019 puso punto y final a su carrera, al menos de momento, Maturana ha pasado por 18 equipos, entre los que se incluyen las selecciones de Colombia, Ecuador, Costa Rica, Perú y Trinidad y Tobago.
Maturana llegó a Europa en 1990, después de dirigir a la Selección Cafetera durante 3 años, un combinado al que clasificó para un Mundial 28 años después. Con el cartel de hacer milagros, llegó a Valladolid, donde recibió la visita de técnicos ilustres como Fabio Capello, Rafa Benítez, Vicente del Bosque o Juanma Lillo únicamente para aprender de él.
En la campaña en la que llegó, llevó al conjunto blanquivioleta a la novena posición de la mano de José Luis Pérez Caminero, Sus resultados le llevaron a ser pretendido incluso por el Real Madrid de Mendoza, donde se encontraba Antic, pero finalmente se quedó en el Valladolid para formar una de las mejores plantillas que se ha visto en la historia del club.
Maturana estuvo durante 2 temporadas en el Real Valladolid, en España. Para la segunda campaña, se rodeó de lo que más conocía, y firmó el ‘Valladolid de los colombianos’. Llegaron para la temporada 1991-92 jugadores de la talla de René Higuita, Carlos Valderrama o Leonel Álvarez, este último desde la primera temporada de Pacho.
La llegada del portero obedecía al estilo de juego de Maturana, con una defensa muy adelantada que dejaba muchos espacios atrás. Higuita no tenía miedo en salir de su área para despejar el balón o incluso para jugar con él y empezar a desarrollar la siguiente acción del juego.
Quiso el Valladolid dar un paso más en sus objetivos a corto plazo. Luchó por meterse en posiciones europeas, después de andar por la media tabla durante varias campañas, pero lo que se supone que iba a ser un año de ensueño, acabó con problemas económicos y con el club a punto de quebrar económicamente hablando. En la jornada 29, el Valladolid decidió cesar al hombre que había llevado a la gloria tanto a Atlético Nacional como a la Selección Colombiana. Esa misma campaña, el Valladolid descendería a Segunda División.
🔙 Viajamos en el tiempo.
1990: Pacho Maturana y su ‘Valladolid de Medellín’.
💬 «Valderrama se negó a jugar solo los partidos de fuera».
✍️ @JLWARRIOR https://t.co/WkzbrjjFAP— Relevo (@relevo) May 22, 2023
Llegó a firmar un contrato con el Real Madrid, a hablar incluso con el presidente de la configuración de la plantilla. Sin embargo, el propio técnico decidió dar un paso atrás porque no estaba de acuerdo con el proceder.
Maturana volvió a Colombia, aunque fue un paso breve, para dirigir a América de Cali y de nuevo a la Selección Colombiana. En 1994, el Atlético de Madrid reclamaría los servicios de un entrenador que había llamado la atención en su paso por el Valladolid. Fue una etapa muy corta, de tan solo 8 jornadas al frente del conjunto ‘colchonero’, con Jesús Gil en la presidencia y Diego Pablo Simeone en el césped.
Gil decidió prescindir de Maturana, al que sustituyó D’Alessandro, después Basile y por último Aguiar. Un cementerio de entrenadores que acabó con la etapa de Maturana en el fútbol español y europeo.
Maturana guarda un grato recuerdo de su etapa por Europa. Más allá de los banquillos del Valladolid y del Atlético, y casi del Real Madrid, se queda Maturana de sus visitas a Milán en los años 90. Allí había una camada con nombres como Ancelotti, Maldini, Costacurta, Rijkaard… y un George Weah que terminó por fichar por el conjunto ‘rossonero’.
Los otros técnicos colombianos en Europa
Maturana fue el entrenador colombiano con mayor cartel en Europa, pero no el único. Por España han pasado, en categorías inferiores, algunos técnicos ‘cafeteros’ que han dejado su sello allá por donde han pasado. Es el caso de Jhon Jairo López, entrenador actual de Honduras Progreso, que inició su paso por los banquillos en Las Rozas, municipio de Madrid. Allí estuvo una temporada, antes de emprender su vuelta a Colombia.
Más años, muchos más, estuvo Wilson Piedrahíta en España. Desde 2004 y hasta 2008, el ex jugador se hizo cargo del Torrejón como entrenador. Pero no solo eso, sino que llegó a ser vicepresidente del conjunto madrileño, en un país en el que vivió durante 13 años. También actuó como colegiado en la Preferente de Castilla La Mancha y como árbitro asistente en Segunda División B.
Por último, un entrenador que estuvo en Europa, pero no en España, fue Édgar Ospina. Después de comenzar su carrera como preparador físico en distintos equipos de Colombia, en la década de los 80, comenzó su carrera como entrenador en Perú, ya a finales de los 90. En 2005, aceptó la exótica oferta del Aris Limassol de Chipre, equipo en el que solamente estuvo un año antes de volver a una Perú en la que ha desarrollado gran parte de su carrera en los banquillos.
Los técnicos colombianos aún no han dado el salto a Europa, el gran salto en la carrera del fútbol. El estilo de juego diferente y lo que supone trasladarse hacia un nuevo destino ha frenado lo que en un futuro podría ser algo normal, cambiar de continente en busca de trabajo.
